Recientemente tuve la suerte de participar en ENASUM y en algunos de los webinars que se están realizando en distintos grupos de la Cámara Chilena de la Construcción, CChC, y pude notar con alegría que por fin el contagio del virus TD-19 llegó a casi todas partes.
Le llamo TD-19 porque la transformación digital no es algo del 2020. La creación del Laboratorio de Construcción Digital en 2019 es el reconocimiento a una demanda por darle cabida a todos los actores que buscan hacer de la industria de la construcción; una industria con tasas de productividad crecientes y no decrecientes como han sido los últimos años.
Las estrategias cambiaron y ahora de verdad es el momento de adaptarse para sobrevivir. Las organizaciones que se resistan al cambio quedarán atrás porque el resto ya cambió: clientes, proveedores y competencia; la máquina aplanadora de la transformación va a dejar a varios en el camino.
Startups y la CChC: Modernización de la Construcción
Otro elemento interesante es la forma en que las empresas de la construcción se van a relacionar con las startups del rubro. No pueden tratar a un proveedor de tecnología igual como se trata a un contratista general. No es que uno sea más importante que otro, pero medir a un contratista de obra gruesa por la cantidad de pisos que lleva avanzado no es lo mismo que poner objetivos a la contratación de un sistema de planificación de obra. Si queremos que la transformación digital que traen estos nuevos actores sea un éxito, la relación tiene que ser más plana, con transparencia, colaboración y espacios de acción claros. Es la única manera de traer una mirada fresca a las obras.
La tecnología está avanzando tan rápido que la industria de la construcción no alcanza a implementar todo lo que está pasando en el mundo. Esto no debería agobiarnos. Al revés, es una buena noticia, porque una vez que encontremos el problema adecuado, el avance tecnológico va a hacer que ese problema sea cada vez más barato de solucionar. Lo que no podemos hacer es perdernos en el bosque de los problemas: tenemos que encontrar los problemas grandes que van a tener un impacto real en la productividad y exigirle a las startups y proveedores de tecnología soluciones que ataquen esos problemas. Si intentamos resolver todos los problemas que se nos ocurren con tecnología, no va a existir un buen escenario para medir qué realmente está causando un impacto positivo.
El mundo laboral cambió y en la CChC también. El trabajo ya no es dónde trabajas, sino qué haces. Esto quiere decir que es la oportunidad perfecta para pensar dónde los equipos pueden causar mayor impacto, y dónde esto puede generar ahorros y oportunidades en una industria que exige la presencia de los equipos en las obras.
Es importante entender que los cambios que están ocurriendo en la industria tienen relación con la información para la toma de decisiones, que es cada vez más ubicua. Y lo que va a diferenciar a los grandes de los chicos en los próximos años va a ser qué hicieron con la información disponible. Para esto es clave tener sistemas de visualización y manejo de datos que nos muestren información útil y que permitan tomar decisiones rápidas.
Para el cierre del 2020 y para el 2021 el diagnóstico del virus TD-19 es muy positivo: la inyección de recursos que esto va a traer al mercado finalmente va a lograr ese anhelo de “Make Construction Cool Again” que muchos buscamos en la CChC.
Columna redactada por Juan Ignacio Troncoso, gerente comercial de PlanOK. Conoce más artículos de opinión en la sección de Zoom Tecnológico.