Los avances tecnológicos, son sin lugar a duda, uno de los mayores tesoros que puede tener hoy el ser humano. Incluso podríamos llegar a decir que estos viajan a la velocidad de la luz, ya que la creación de tecnología no para en ningún momento, y cada día tenemos nuevas soluciones digitales que nos ayudan a llevar una vida más inteligente y conectada.
Quién iba a pensar que, en 1971, cuando se diseñó y fabricó el primer procesador de computadora de Intel, las personas podrían trabajar, comprar, estudiar y viajar desde sus casas gracias a un computador. Pero algo que no se imaginaron jamás es que en pleno 2022 las personas podrían minar su propio dinero, tal como se hace con los Bitcoins.
La fama que tomaron las criptomonedas se convirtió en algo totalmente desorbitante, las nuevas divisas digitales están en constante crecimiento, pero esto no podría ser posible sin la tecnología de Blockchain: una herramienta de mantenimiento de registros diseñada para hacer imposible hackear el sistema o falsificar los datos almacenados en él, haciéndolo seguro e inmutable.
En base a esto, muchas empresas están explorando la creación de aplicaciones basadas en Blockchain, como una forma segura y rentable de crear y administrar una base de datos distribuida y mantener registros de transacciones digitales de todo tipo.
Blockchain y el rol de Intel
Cuando nuestro cofundador, Gordon Moore, fundó Intel, lo hizo bajo el concepto de crear los transistores más rápidos, pequeños y accesibles de la historia que impulsarían las herramientas para las tecnologías actuales. Con más de 50 años de trabajo en la industria, esta visión aún se mantiene en marcha.
Blockchain se ha convertido en uno de los más ambiciosos proyectos que tenemos en términos de computación ya que demanda una infraestructura digital contundente para que exista de forma efectiva. La computación en la nube llegó para convertirse en un habilitador de la democratización de la tecnología y se estima que para 2023, su valor en el mercado ascenderá a 23,3 billones de dólares.
Actualmente contribuimos al desarrollo de esta nueva tecnología presentando un acelerador de bloques, que permitirá, un rendimiento por watts mil veces superior a las GPU actuales, denominado Intel® Blockscale™ ASIC.
Esto permitirá que la minería de criptomonedas sea totalmente personalizada, ofreciendo un equilibrio entre consumo y rendimiento. Lo que proporcionará la eficiencia energética y la potencia de cálculo necesarias para lograr la escalabilidad y la sostenibilidad en los procesos de minado y manejo de datos.
Este proyecto sirve tanto para el cliente como para el planeta, ya que el construir una tarjeta que apunta a la sustentabilidad energética, nos permite colaborar y proporcionar soluciones responsables, en base al consumo energético. Esto, además, de convertirlo en un sistema aún más rentable, que reduce la cantidad de e-wastes, gracias a su durabilidad.
Pero debemos recordar que las aplicaciones de esta tecnología son ilimitadas y no se enfocan solamente en el apartado financiero y el mundo de las criptomonedas. Mucho ya se ve en términos de aplicabilidad, principalmente, si hablamos del almacenamiento en nube como ejemplo que seguramente se va a trasladar para las más distintas áreas. Desde el impacto en logística hasta la posibilidad de mejorar la trazabilidad de la secuenciación del ADN, pasando por el arte y alcanzando también a la educación, hay un mundo en el cual podemos aplicar los conceptos y las ventajas que nos brindan las tecnologías de del Blockchain.
Desde Intel, nuestra visión a corto plazo es desarrollar nuevas plataformas de silicio, optimizadas para las nuevas cargas de trabajo, incluido la cadena de bloques y otras oportunidades de supercomputación.
Gracias a estos avances, nuestro trabajo aún mantiene el legado que Gordon Moore, implementado desde la fundación de Intel, y que impulsa nuestro compromiso en el desarrollo de soluciones tecnológicas innovadoras y eficientes para el universo de semiconductores.
Columna redactada por Marcelo Bertolami, director general de Intel para los países emergentes de Latinoamérica. Conoce más artículos de opinión de Zoom Tecnológico.