¿Té o café? Lo que dice la ciencia sobre sus beneficios para la salud

El café es rico en cafeína, un estimulante que mejora el estado de alerta, la concentración y el rendimiento mental a corto plazo

El café y el té son dos de las bebidas más consumidas en el mundo, cada una con una legión de adeptos.

Pero más allá del gusto personal, ¿qué dice la ciencia sobre sus efectos en la salud? Diversos estudios han comparado sus propiedades, y la conclusión es que ambas tienen beneficios, aunque en aspectos distintos.

El café: energía, antioxidantes y protección cognitiva

El café es rico en cafeína, un estimulante que mejora el estado de alerta, la concentración y el rendimiento mental a corto plazo, según un estudio publicado por (Nehlig, 2016).

Además, contiene ácido clorogénico, un potente antioxidante con efectos antiinflamatorios que puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2.

Un estudio publicado en The BMJ (2017) encontró que el consumo moderado de café (3-4 tazas al día) está asociado con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Sin embargo, su exceso puede causar ansiedad, insomnio o palpitaciones, por lo que se recomienda no superar los 400 mg de cafeína al día (EFSA, 2015).

El té: antioxidantes, relajación y salud cardiovascular

El té verde, en particular, es reconocido por su alto contenido de polifenoles, especialmente epigalocatequina galato (EGCG), un antioxidante con efectos protectores contra enfermedades cardiovasculares y metabólicas (Khan & Mukhtar, 2018). También contiene L-teanina, un aminoácido que promueve la relajación sin somnolencia, mejorando el enfoque mental de manera más equilibrada que el café (Nobre et al., 2008).

Investigaciones publicadas en The American Journal of Clinical Nutrition (2020) sugieren que el consumo regular de té verde puede reducir el colesterol LDL y mejorar la presión arterial. Además, algunos estudios observacionales indican un posible efecto protector contra ciertos cánceres, aunque se necesitan más investigaciones para confirmarlo (Yuan et al., 2011).

El té negro, con mayor cafeína que el verde, también aporta beneficios cognitivos y cardiovasculares, como la mejora de la función endotelial y la reducción del riesgo de infartos (Hodgson et al., 2013).

¿Y las infusiones que no son té?

Bebidas como el té de jamaica, manzanilla, jazmín o menta no contienen cafeína ni los mismos compuestos activos que el té verdadero (Camellia sinensis). Aunque tienen propiedades digestivas o relajantes, no ofrecen los mismos efectos estimulantes o antioxidantes, aunque estos últimos, también ofrecen sus beneficios.

Veredicto final: ¿cuál es mejor?

No hay un ganador absoluto. El café es ideal para un impulso rápido de energía y concentración, mientras que el té ofrece beneficios más graduales y relajantes, con un alto poder antioxidante. La mejor opción depende de tus necesidades y tolerancia a la cafeína.

Lo importante es consumirlos con moderación y disfrutar de sus beneficios sin excesos.

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