A mediados de septiembre comenzó a ver la luz la resolución del MINEDUC de retomar las clases presenciales. Ello, bajo una modalidad de seguridad, donde la iniciativa promovía, de manera optativa, que los alumnos que quisieran volver al colegio, manteniendo siempre el protocolo de distancia, lo pudieran concretar. Es decir, una cierta cantidad de alumnos por metros cuadrados dentro de la sala de clases. Esto originó inmediatamente, que las clases híbridas -la mezcla de clases presenciales y online al mismo tiempo- se consagraran como el nuevo desafío a enfrentar por las distintas instituciones educacionales.
En este contexto, una investigación realizada en conjunto por la OCDE y la Universidad de Harvard, con ayuda del Banco Mundial y la Organización Centena, concluyó que tan sólo la mitad de los estudiantes, encuestados por el estudio, han tenido acceso a la totalidad o mayoría del contenido escolar, luego de que se cancelaran las clases presenciales producto de la pandemia.
Clases híbridas: Ampliando la cobertura educativa
Una cifra alarmante que deja en evidencia la urgencia que tienen las escuelas y los distintos gobiernos, a nivel mundial, por encontrar soluciones que permitan estar mejor preparados para una continuidad escolar pese a las circunstancia que puedan afectar al país o el mundo entero, como ocurrió en esta oportunidad con el COVID-19.
La principal ventaja de las clases híbridas o blend learning, como también se le conoce, es que combina lo mejor de la formación online con lo más valioso de la presencial. Y si bien es una modalidad de enseñanza que lleva años tomando fuerza como uno de los formatos más idóneos para la educación en la era digital, la pandemia aceleró su implementación, adaptándose a nuevos estilos de aprendizaje, donde las TIC se han vuelto en un aspecto fundamental.
Sin embargo, esta propuesta abarca mucho más que sólo usar nuevas tecnologías en la educación, sino que significa aprovechar las posibilidades que brinda el acceso a Internet para darle a cada alumno una experiencia más personalizada y de acuerdo con sus necesidades. E ahí la importancia de otro de los puntos que destaca el estudio antes mencionado, y es que la innovación en las instituciones educacionales depende de los gobiernos y de las colaboraciones que logren establecer con entidades del sector público y privado, con el fin de lograr una sinergia entre empresas tecnológicas y la distribución de recursos educativos online abiertos que ayuden a mitigar el impacto en los alumnos con más necesidades.
Es así como los eventos de carácter mundial vividos este año, dejan en total evidencia que las tecnologías bien usadas son la herramienta principal para sacar adelante la continuidad educativa en todas sus modalidades. Ahora, sólo es responsabilidad de cada país y de los tomadores de decisión de los distintos establecimientos educacionales subirse a tiempo al tren de la tecnología en educación que está partiendo y sólo cuenta con ticket de ida.
Columna redactada por Mauricio Muñoz, Gerente SMB de Lenovo Chile. Conoce más información en la sección de Zoom Tecnológico.