El mercado del ocio es, además de uno de que podemos encontrar más en auge, un sector que ha sufrido profundos cambios en los últimos años. Especialmente por los avances en la tecnología y por un cambio generacional de vital importancia: hoy, los nativos digitales son una población con un poder adquisitivo a tener en cuenta; y, por otra parte, una generación de más edad ya se ha transformado para poder utilizar los avances en el día a día. En ello, el móvil, cuyo uso es indispensable y sus ventajas son indiscutibles, ha tenido mucho que ver.
Dentro de este nicho de mercado, además de las plataformas de streaming o las redes sociales, entre otros, destaca con fuerza el mundo de los videojuegos. Un fenómeno que, hace un par de décadas todavía se asociaba exclusivamente al público infantil o adolescente, pero que cambió notablemente con la aparición de la Playstation y otras consolas que democratizaron, de forma importante, este entretenimiento.
El marketing: la herramienta diferencial
Un mayor público implica mayores ganancias y, por ende, más oferta y más competitividad entre los desarrolladores y aquellos que comercializan el producto. Aquí, evidentemente, es donde el marketing cumple una función de vital importancia. Y las estrategias son muy variadas, desde las versiones gratuitas hasta la publicidad, pasando por otro tipo de reclamos, como los eventos de eGamers o el papel importantísimo de los influencers.
Y, lógicamente, si hablamos de los influencers por excelencia nos estamos refiriendo a las celebridades, cuyo papel en la promoción de un producto es incuestionable. Las redes sociales permiten seguir, minuto a minuto, lo que hacen o piensan los famosos y famosas, y cada tweet o post de instagram nos descubre lo que les gusta, creando una notable influencia en sus numerosos seguidores. Si disfrutan de un videojuego y destinan parte de su ocio en él, lo publican. Y sus seguidores pasan a ser cliente potenciales de dicho título.
Algunos notables ejemplos
Es difícil saber con exactitud si las recomendaciones que hacen las celebridades son espontáneas o tienen un trasfondo de publicidad remunerada, pero lo que sí sabemos es que hay algunos videojuegos que reciben más atención que otros. Veamos algunos ejemplos. Parece que el rey de los títulos, en cuestión de seguimientos por parte de los famosos es el Call of Duty: nombres como Kim Kardashian, Michelle Rodríguez, Snoop Dogg o Megan Fox han manifestado en algún momento su preferencia (en ocasiones compartida con otros productos) por pasar el rato con este “shooter”, que hoy también tiene un notable éxito en su versión para dispositivo móvil.
Counter-Strike es, con permiso de Call of Duty, uno de los juegos preferidos por muchos de los famosos, aunque en los últimos años tiene un rival difícil: el Valorant. Este “Shooter”, lanzado para PC tiene como punta de lanza a renombrados “streamers”, como Mixwell o el omnipresente Ibai Llanos, entre otros; además sus ligas generan gran expectación en algunos portales centrados en las apuestas de “gamers”: Rivalry, por ejemplo, tiene su apartado específico sobre Valorant para apostar en sus eventos; y su presencia ya está consolidada en algunos de los principales eventos de eGames. Las cuentas de Call of Duty, no obstante, continúan siendo un gran atractivo entre los fans del género. Lanzado en 2020, está comiendo el terreno a otros títulos más veteranos en estas lides.
Halo no se queda atrás. El todopoderoso Bill Gates y el renombrado Daniel Craig son algunos ejemplos, aunque también la ya citada Megan Fox parece pasar buenos ratos con este título. El propio Daniel Craig, que pronto estrenará su última aparición como Bond, junto a Jack Black, también disfruta de sus sesiones del Guitar Hero. Mientras, otro actor de acción, Vin Diesel, parece que se inclina más por el World of Warcraft, así como Seth Rogen lo hace con los clásicos arcades que marcaron una época hace algunas décadas.
La baza de la comunicación instantánea
Lo que parece claro es que la publicidad que realizan estas estrellas puede ser impagable (o no, depende del acuerdo). Un comentario en las redes sociales hace que miles o millones de personas tengan conocimiento del producto y sepan que esa persona a la que admiran lo consume. Imaginen a un futbolista hablando maravillas de un juego de fútbol para la consola; y además explica que le resulta divertido y realista: no puede existir mejor publicidad para ese videojuego. O tal vez baste con su aparición en la portada. De una forma u otra, las redes aportan información inmediata, pero su efecto va más allá de los primeros minutos, parece que llega hasta la compra del título.