
La generación millennial ha llegado a ser mayoría en el mundo del trabajo. Actualmente en Chile hay 2.500.000 personas laboralmente activas que están en el grupo etario entre los 25 y los 39 años, según el plebiscito nacional 2020. Siendo nativos digitales, prefieren ser parte de organizaciones horizontales y buscan equilibrar el trabajo y la vida personal junto con sus hobbies y aficiones antes del retorno a la presencialidad.
Es esta la generación que ha dado sus primeros pasos profesionales en modo teletrabajo durante la pandemia. Se han acostumbrado a administrar su tiempo, a congeniar las actividades domésticas y familiares con el trabajo y el estudio, y a darse espacios de ocio y distracción durante la jornada. Y es esta la generación que pronto estará en las oficinas en el retorno a la presencialidad.
“Las oficinas se están adaptando a la nueva forma de trabajo que trae la generación millennial”, dice Jaime Arrieta, CEO de Buk, destacada HR Tech chilena. “Muchas oficinas ya están diseñadas de manera de ofrecer no solo espacios de trabajo, sino relajación y distracción para fomentar la creatividad, y esta tendencia está creciendo para recibir a profesionales que se graduaron durante esta pandemia”.
Mirada internacional en el retorno a la presencialidad
Las consolas de videojuegos, flippers, salas de meditación y clases de yoga durante la jornada son usuales en muchas oficinas de San Francisco y Silicon Valley en Estados Unidos. Instaladas como estrategia para fomentar la creatividad mediante actividades que motivan a “pensar fuera de la caja”, ahora se convierten en la principal alternativa para retener a la generación millennial en el trabajo.
“Darse espacios para jugar en medio de la jornada ya es algo habitual. Por eso en Buk ya tenemos una sala con consolas de videojuegos, mesa de ping pong, entre otros pasatiempos, porque sabemos que son una medida extremadamente efectiva para generar lazos informales, que son vitales dentro de cualquier organización. Muchas veces uno no conoce a personas de otras áreas de la empresa y son estas instancias las que permiten generar espacios para compartir, y lazos más allá de lo laboral”, señala Jaime Arrieta.
Este tipo de beneficios va en la línea del llamado “salario emocional”, que consiste en la entrega de beneficios no económicos que contribuyen al bienestar de las personas que trabajan, y a la vez incentiva su permanencia en la empresa en este nuevo retorno a la presencialidad.
Y es que si hay algo que caracteriza a la generación millennial es que espera ser feliz en su trabajo, ya que se considera la carrera profesional como una fuente de realización personal.
“Las nuevas tecnologías para la gestión del capital humano permiten administrar los beneficios de una forma más creativa. La tendencia hoy es dar acceso a beneficios a través de un sistema de puntaje, y de esa forma que cada colaborador tenga la posibilidad de elegir en qué gastar sus puntos, según sus intereses particulares. Por ejemplo, una persona con hijos tal vez prefiera usar sus puntos en un seguro complementario o en un bono especial en marzo; y una soltera prefiera pasatiempos, gimnasio o días libres. La clave es la flexibilidad en este retorno a la presencialidad”, dice Jaime Arrieta.
En efecto, la llegada de la generación millennial al retorno a la presencialidad está cambiando las lógicas de organización del trabajo y las formas de gestionar el capital humano. Y esta es una de las grandes adaptaciones que están haciendo las empresas en el mundo de hoy.