La delincuencia y seguridad ciudadana se han posicionado como una de las principales preocupaciones de la población chilena, lo que genera una profunda sensación de inseguridad. A pesar de que este año ha sido bueno en cuanto a disminución de robo de vehículos, desafortunadamente todavía vemos mucha violencia y hechos lamentables que no queremos vivir como sociedad. Es por eso que todos los actores se han “puesto las pilas” y la baja de las cifras de robos es una consecuencia de eso. Seguir fortaleciendo a la ciudadanía, a las fuerzas policiales, usar la tecnología disponible y mostrarnos como una colectividad unida, ha sido efectivo en la lucha contra este tipo de hechos.
Si bien no se puede relacionar únicamente la acción de la comunidad con la disminución de los robos de vehículos, sí es cierto que ésta es un aporte dentro de la cadena junto a otros factores que influyen, como la iniciativa del gobierno con el llamado “Plan calles sin violencia”, el que implica mayor fiscalización en las calles, así como en talleres mecánicos y desarmadurías y mayores recursos destinados a fortalecer la capacidad operativa e investigativa de las policías y fiscalías, reforzándolas además con equipamiento y material más seguro. La sociedad organizada aporta con “ruido”, el estar atentos y comunicados, sumado a poner letreros e informar puede ser un retractor para las personas que van a cometer el delito.
Tecnología en temas de seguridad
Por otra parte, y a modo de diagnóstico, las herramientas tecnológicas, han contribuido a que las personas puedan alertar a su entorno, transformándose en un ente activo de seguridad, además son agentes más informados y preocupados de lo que pasa en su barrio, lo que contribuye en la prevención del delito, ya que se convierten en “vigilantes activos” en las calles. Asimismo, el delincuente o las bandas delictivas de hoy, son fuentes informadas que manejan datos del lugar donde van a atacar, por lo cual tener conocimiento de que hay un barrio o un sector con alarmas comunitarias, una vecindad unida y comunicada, puede generar una barrera y llevar al agresor a desistir o aplazar su acción.
Lo cierto es que todos debemos continuar actuando unidos como ciudadanía en conjunto con las fuerzas policiales y el Estado para seguir combatiendo la delincuencia, que es un camino infinito, pero donde no podemos bajar los brazos nunca. Es clave tomar medidas preventivas contando con sistemas avanzados de seguridad como alarmas, sistemas de rastreo GPS y dispositivos antirrobos que cuenten con una central de apoyo. Ahora que nos encontramos en un mundo hiperconectado debemos saber que tener actualizados los software, apps y tecnologías antirrobos es una prioridad para que funcionen en óptimas condiciones y cumplan su objetivo.
Aún queda mucho camino, por lo que se debe continuar poniendo todos los esfuerzos posibles para no perder la batalla.
Columna redactada por Juan Ignacio Duarte, co fundador de WiseCity Latam. Conoce más artículos de opinión en Zoom Tecnológico.