Parece ser una nueva pandemia. A diario nos enfrentamos a molestas e insistentes llamadas que intentan ofrecernos distintos servicios, productos o mejores condiciones. Sin embargo, aunque algunas parecieran ser inofensivas, hay muchas llamadas sospechosas que provienen de cibercriminales con el objetivo de estafar.
“La estafa del “Sí” es un método de fraude telefónico en el que los delincuentes llaman a la víctima y tratan de hacer que responda “sí” a una pregunta aparentemente inocente. Esta contestación afirmativa se graba y se utiliza posteriormente para autorizar cargos no deseados en servicios o productos sin el consentimiento de la víctima. Es decir, los estafadores pueden utilizar esta grabación o llamadas sospechosas para afirmar falsamente que la víctima ha aceptado un contrato verbal o una transacción”, explica Héctor Kaschel, CyberSecurity Practice Head Andina de Logicalis.
Aunque parece lejano, en Chile la situación no es distinta. Usuarios han reportado insistentes y constantes llamadas sospechosas desde números desconocidos e, incluso, desde otros países.
“Actualmente, observamos la aparición continua de nuevas amenazas basadas en ingeniería social que utilizan técnicas cada vez más convincentes e ingeniosas más la alta disponibilidad o exposición de nuestros datos personales en Internet las hace aún más peligrosos y preocupante, ya que las intenciones de estos ataques son cada vez más agresivas”, precisa Kaschel.
Nadie se salva de las llamadas sospechosas
No importa si son niños, adultos mayores o profesionales, el cibercrimen no discrimina. Por ende, es crítico avanzar en una cultura de ciberseguridad que parta en edad temprana en los colegios, donde enseñen conceptos, riesgos y precauciones a tomar en cuenta este tipo de llamadas sospechosas.
“Actualmente, con las redes sociales, disponibilizamos información sensible sobre nosotros mismos, sin entender el riesgo que ello supone. Publicamos fotografías familiares, vacacionales, de trabajo, entre otras. Por lo tanto, hay que generar conciencia para evitar y no perjudicarnos”, detalla Kaschel.
A diferencia de un robo físico, la era digital implica un riesgo mucho mayor.
“Antes te robaban la billetera y al otro día podías recuperar las tarjetas y los documentos. En Internet, las consecuencias son distintas, sobre todo cuando hablamos de datos biométricos, porque no puedes renovar tu iris o huella dactilar. Hay que tomar medidas para dejar de regalar nuestros datos personales”, agrega el ejecutivo.
Frente a esta situación, desde CoasinLogicalis comparten 4 consejos y medidas a tener en cuenta frente a las llamadas sospechosas:
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Origen. Primero, revisar de dónde proviene la llamada y, de contestar, poner atención a los primeros segundos para poder identificar si es un asistente de voz o una persona real. Una vez definido eso, decidir si desconfiar o no.
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Colgar y bloquear. Si la llamada nos parece sospechosa, colgar y contactar directamente a la entidad en cuestión utilizando números de teléfono oficiales. Asimismo, bloquear el número para que no vuelvan a insistir.
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Evitar el sí. Si contestamos, evitar decir “sí” o cualquier otra afirmación a llamadas de números desconocidos o sospechosos. En ese caso, aplicar respuestas neutrales como “¿Quién llama?” o “No entiendo”. Y, además, no dar información personal como números de cuenta, contraseñas, dirección, correos, etc.
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Verificar. Validar la identidad del llamante antes de proporcionar cualquier información personal o financiera. Si se afirma ser de una entidad conocida, colgar y llamar directamente a la entidad a través de un número oficial.
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Bloqueadores de llamadas. Usar aplicaciones que identifiquen y bloqueen llamadas spam y fraudulentas.
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Concientizar. Tenemos que conversar sobre estos temas en la familia, sobre todo con quienes no están muy familiarizados con las herramientas tecnológicas o con quienes no están al corriente sobre los riesgos. Es clave partir por casa y con los más pequeños para cuidar el manejo de los datos.