![La Seguridad Alimentaria y Diagnósticos Médicos: La Nariz Artificial Basada en Antenas 1 nariz artificial](https://www.zoomtecnologico.com/wp-content/uploads/2024/12/442342.avif)
En muchos medios la titulan como la innovadora nariz artificial capaz de detectar alimentos en mal estado, gases peligrosos y posibles enfermedades reduciendo costes y consumo energético.
La tecnología detrás de la nariz artificial aprovecha las antenas combinadas presentes en dispositivos como teléfonos móviles, televisores y computadoras. Según Michael Cheffena, profesor de telecomunicaciones en NTNU, estas antenas pueden desempeñar funciones adicionales al combinarse con sensores especializados. En lugar de requerir cientos de sensores, como ocurre con muchas narices electrónicas, esta utiliza una sola antena recubierta con un material especial, lo que reduce costos y consumo energético.
El equipo de NTNU en Gjøvik diseñó un sistema capaz de emitir señales de radiofrecuencia y analizar cómo se refleja en presencia de compuestos orgánicos volátiles (COV). Esta metodología logra una precisión del 96,7 %, comparable o incluso superior a la de las narices electrónicas más avanzadas.
Nariz Artificial y la importancia de los compuestos orgánicos volátiles (COV)
Los COV son gases emitidos por seres vivos y materiales, y su detección es crucial en diversas aplicaciones. Olores como el de la gasolina o la hierba recién cortada provienen de estos compuestos, cuya identificación es compleja debido a la variedad de combinaciones posibles y la existencia de isómeros, moléculas con la misma fórmula química pero diferente estructura.
La nariz artificial ha demostrado ser eficaz en la identificación de estos compuestos, incluso en escenarios desafiantes. Esto se traduce en una herramienta valiosa para analizar alimentos en mal estado, como frutas dañadas y carne de diferentes edades, lo que contribuye significativamente a la seguridad alimentaria.
Más allá de la seguridad alimentaria, este dispositivo tiene un enorme potencial en la detección de enfermedades. Ajustando los algoritmos, podría identificar huellas químicas específicas asociadas con condiciones médicas como el cáncer o fluctuaciones críticas en los niveles de azúcar en sangre. Su funcionamiento es comparable al de perros entrenados para detectar enfermedades mediante el olfato, pero con la ventaja de una precisión consistente y sin fatiga.
La historia muestra cómo el olfato humano fue útil en el pasado para identificar enfermedades como la peste o la tuberculosis, aunque su sensibilidad limitada no lo convierte en una herramienta confiable. La nariz artificial llena este vacío, proporcionando un enfoque tecnológicamente avanzado inspirado en el olfato humano.
Además de su precisión, esta tecnología destaca por su enfoque sostenible. Al reutilizar antenas existentes y minimizar el uso de recursos adicionales, se reduce significativamente su impacto ambiental. Esta característica lo convierte en una solución económica y ecológica, ideal para su implementación en diversos sectores.
El desarrollo de esta nariz artificial podría revolucionar tanto la forma en que se garantiza la seguridad alimentaria como la manera en que se diagnostican enfermedades. Su capacidad para combinar tecnologías ya existentes con algoritmos avanzados lo posiciona como una herramienta accesible y adaptable a múltiples industrias.
En resumen, esta nariz artificial, basada en la tecnología de antenas cotidianas, representa un avance notable hacia un futuro más seguro y sostenible, donde la innovación tecnológica y la sensibilidad ecológica se unen para resolver problemas cotidianos y de salud pública.