Hace algunos meses, Chile inauguró la primera zona con 5G gratuita de Latinoamérica, la cual abarca cerca de 5,5 Km2 y está ubicada en Providencia y Las Condes, beneficiando a unas 100 mil personas en hospitales, comercios y universidades, entre otros espacios.
Las licitaciones del espectro 5G realizadas durante el último año están llegando a buen puerto: compañías como Movistar eligieron a Nokia Networks para desplegar su infraestructura, e industrias como la minería, ven con buenos ojos la introducción de esta nueva ola tecnológica.
Básicamente, el término 5G se refiere a la quinta generación de tecnología celular. Promete mejorar la velocidad, cobertura, reducir la latencia y aumentar la capacidad de reacción de las redes, permitiendo un ecosistema digital con nuevas interfaces donde convivan distintas tecnologías. De hecho, el llamado internet de las cosas (IoT) es una de las principales tendencias beneficiadas.
Este contexto positivo ha acelerado la necesidad del acceso al 5G en los teléfonos inteligentes. Si bien ya hay equipos disponibles, no será hasta los próximos años cuando estos sean realmente de uso masivo. Por ello existe el reto de trasladar este servicio también a dispositivos móviles más accesibles, ya que la democratización de su uso permitirá evolucionar los servicios aplicados a nuestra vida móvil.
La oferta de smartphones 5G tiene que evolucionar en sintonía con la infraestructura y las posibilidades que las apps con 5G nos proporcionarán. Nuestros equipos deben tener un soporte de software que también sea sustentable, las actualizaciones y parches de seguridad tienen que ser sostenibles, ya que para miles de chilenos el teléfono se convirtió también en su principal herramienta de trabajo.
Un reciente estudio encargado por HMD Global, el hogar de los teléfonos Nokia, reflejó que el uso de los teléfonos móviles a nivel mundial ha aumentado en 90 % en los últimos 10 años y que el 83 % de las personas afirma “amar” su equipo. Ese “amor” ha convertido a los dispositivos móviles en el centro de todos los aspectos de la vida: un tercio (32 %) utiliza su Smartphone para comprar, tres cuartos (76 %) para consultar sus finanzas, dos de cada tres (63 %) para hacer ejercicio y monitorear su actividad física, y el 68 % ahora lo utiliza para el pago de transacciones.
Dicho lo anterior, la infraestructura 5G aumentará las posibilidades ampliando el uso de nuestro celular a niveles insospechados, como por ejemplo para la domótica, para el acceso a información e incluso en la organización laboral, ya que gracias a la mayor trasferencia de datos podremos realizar labores de teletrabajo de una manera mucha más productiva.
Toda revolución tiene que ir acompañada de equipos celulares con mejores características mediante su sistema operativo, ya que la tecnología cada día es más intuitiva. La población debe mantenerse poder accesar a la actualización y adoptar una formación que motive y acerque a los ciudadanos para interactuar y conocer el manejo de estas herramientas. Solo de esta manera podremos integrar plenamente la tecnología 5G a nuestra sociedad y así democratizar su utilización para todos los chilenos.
Columna redactada por Rodolfo Forster, Líder de Marketing de producto y Go to Market para HMD Global en Latinoamérica. Conoce más artículos de opinión en Zoom Tecnológico.