En sitios donde hay gases combustibles, productos químicos, polvos u otros materiales inflamables, los incendios y las explosiones suponen un riesgo constante. Esto significa que las empresas que trabajan con materiales inflamables no solo necesitan asegurarse de que los empleados trabajen de forma segura y utilicen el equipo de protección adecuado, también necesitan equipos eléctricos y de otro tipo que sean seguros y que no generen chispas ni llamas que puedan provocar una explosión.
“Lamentablemente, con las soluciones de seguridad tradicionales, y las cámaras antiexplosivas CCTV en particular, esto no es posible. La cubierta de plástico de la mayoría de los productos significa que las chispas y las llamas provocadas por un cortocircuito u otra falla en el dispositivo, pueden entrar rápidamente en contacto con la atmósfera o con el equipo cercano” afirma Samuel Ramírez, Director de Desarrollo de Negocios de Hikvision.
Si bien no siempre es posible controlar la presencia de gases o materiales inflamables en su entorno, usted puede controlar la fuente de combustión con equipos de seguridad antiexplosivos, como las cámaras antiexplosivas. Este tipo de cámaras no son necesariamente capaces de sobrevivir a una explosión o un incendio de proporciones, pero pueden garantizar que ninguna chispa o llama que se origine en el propio dispositivo cause daños mayores al encender gases en el medio ambiente, o materiales inflamables u otros equipos cercanos, por ejemplo.
Características principales de las cámaras antiexplosivas
Para garantizar que las chispas o llamas originadas en el dispositivo nunca provoquen incendios ni explosiones, las cámaras y otros dispositivos de seguridad deben “endurecerse” de formas específicas.
Las principales cámaras antiexplosivas utilizan materiales “a prueba de explosiones” para garantizar que las chispas y las llamas no enciendan ni la atmósfera ni los equipos cercanos. Normalmente, esto significa que el dispositivo está completamente cubierto por una capa adicional de acero inoxidable de hasta 3,5 milímetros de grosor, por lo general. Con este grosor de acero, los fabricantes pueden garantizar que sus dispositivos soportan hasta 1,5 veces la presión encontrada en el núcleo de una explosión.
Además de esto, mediante el uso de un diseño cilíndrico a prueba de llamas dentro de la cubierta del producto de acero inoxidable, el gas explosivo interno puede guiarse hacia un conducto, de manera que las chispas y las llamas nunca entren en contacto con el medio ambiente. En otras palabras, un incendio que se inicia dentro de la cámara por motivos eléctricos o de otro tipo no podrá atravesar la cubierta, lo que garantiza que el fuego nunca se extienda desde las cámaras antiexplosivas a otro equipo u otras zonas del sitio.
Finalmente las cámaras antiexplosivas cuentan con una carcasa exterior de acero inoxidable extra grueso, las cámaras antiexplosivas evitan que las chispas y las llamas provoquen una explosión o un incendio. Como beneficio adicional, algunas incorporan tecnología de IA en las cámaras para ayudar a reconocer prácticas o comportamientos de trabajo potencialmente peligrosos, como el uso indebido de cascos, y para activar alarmas inmediatamente al equipo de seguridad si las personas o los activos están en riesgo.