La pandemia trajo consigo el confinamiento. Esa realidad, tanto en el plano laboral o estudiantil, llegó acompañada de otra: el trabajo remoto y la comunicación a distancia, dejando la presencialidad suspendida en el tiempo. Sin embargo, entremedio surgió otra instancia en la que ambos formatos comenzaron a convivir: la bimodalidad de las clases híbridas.
En ese contexto, Omega Audiovisual -empresa liderada por profesionales con más de 20 años de experiencia ofreciendo soluciones de integración audiovisual, videoconferencia, proyectores, automatización y sistemas inalámbricos para grandes empresas y organizaciones del rubro hotelero, educacional, tecnológico y consumo masivo-, se vio enfrentado a un encargo inédito hasta ese minuto.
Este 2021, en agosto específicamente, el retorno gradual a clases presenciales en el país le entregó a Omega un desafío especial: dotar de tecnología a 80 salas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), de las cuales 28 cuentan con proyectores para poder impartir clases híbridas.
Clases híbridas: Tecnologías y nuevas modalidades de aprendizaje
¿Cómo lo hicieron? De la mano de los videoproyectores Brightlink de Epson, una tecnología que se está ocupando en distintos países de Europa, además de EE.UU., y que gracias a su integración con cámaras web, permite a los docentes dictar clases de forma óptima, tanto para los alumnos presenciales como para los que están en casa, intentando rescatar lo mejor de la presencialidad para los aquellos que están frente al profesor sin que los que siguen la clase a distancia se pierdan los matices de seguir la clase en vivo y en directo.
“Fue un trabajo arduo, hubo muchas reuniones, visitamos todos los campus de la universidad, donde pudimos escuchar a los profesores y sus necesidades, que eran muy diferentes unas de otras, pero el resultado -un videoproyector interactivo y muy intuitivo- dejó satisfechos a todos. En ese sentido, la alianza con Epson resultó bastante buena”, comenta Ramón Valenzuela, Director de Omega Audiovisual.
Dice que la experiencia para activar las clases híbridas fue muy distinta a la de otras que habían tenido previamente, como en reuniones corporativas y videoconferencias, donde la implementación tenía menos complejidad y era más acotada.
En el caso de la PUCV, en cambio, el equipo de Omega debió buscar qué tipo de cámara y proyector le acomodaba más a los profesores para que pudieran moverse con mayor facilidad.
En ese sentido, dice Valenzuela, “el desafío principal era que el profesor sólo se preocupara de enseñar, no en apretar botones, mover las cámaras ni controles remotos. Mientras menos cosas hiciera, mucho mejor era, y eso se logró y fue bastante gratificante”.
De hecho, en los laboratorios, los especialistas fueron más allá e instalaron una especie de carro móvil para que todos los estudiantes -tanto los que estaban en la sala como los que participaban a distancia- pudieran observar en detalle los experimentos que se estaban desarrollando en el aula.
“Hacemos una buena sinergia”
Sobre las ventajas que a su parecer ofrecen estos productos Epson en cuanto a integración con otras soluciones, Valenzuela señala que cada vez que se trabaja con Epson se van a la segura. Son productos muy versátiles, con buenas herramientas, siendo un partner tecnológico.
Sobre el proyector Brightlink de Epson, el fundador de Omega afirma que “es muy fácil de usar, tiene muchas herramientas digitales. En el sur tuve una experiencia en la que los profesores eran un poco reacios a usar nuevas tecnologías, pero después de capacitarlos, un profesor alucinó y le sacó partido para sus clases híbridas de música haciéndola mucho más interactiva. Los instamos a que tocaran la pizarra, usaran la herramienta y quedaron felices”.
Por último, Valenzuela sostiene que Epson es una “marca fundamental”, destacando aspectos como el recurso humano detrás de la compañía.
“Los llamo a cualquier hora y me dan siempre una solución, se adaptan, acompañan y capacitan. Hacemos una buena sinergia entre Epson y Omega”.