En los últimos años, el 5G ha avanzado enormemente, finalmente viendo su lanzamiento oficial en Chile en diciembre de 2021. El país es el primero en América Latina que licita el uso de espectro para el desarrollo y despliegue comercial de redes de quinta generación, posicionándolo como un líder regional en lo relativo a infraestructura de telecomunicaciones.
Para Intel, 5G es fundamental para agilizar el flujo de los procesos digitales, y la forma en que se desenvuelven los usuarios al conectarse tanto para consumir como para generar contenido e información cada vez más diversa.
No obstante, a pesar de su popularidad, y la abundante información existente en torno al 5G, aún existen varios mitos sobre su funcionamiento, alcance, y riesgos asociados. A continuación, buscamos desmitificar algunos conceptos en torno a esta nueva tecnología.
Mito 1: Las redes 5G son solo para teléfonos
La realidad es que la red 5G funciona en una amplia gama de dispositivos y tecnologías, con los teléfonos celulares siendo sólo una pequeña parte de este abanico. Las redes de quinta generación marcan un hito fundamental en la interconexión de dispositivos, máquinas y redes inteligentes. Es una tecnología desarrollada para potenciar la era de la interconexión más allá de las personas.
Lo que llamamos desde Intel los “superpoderes” tecnológicos, como la inteligencia artificial, el Internet de las cosas, o la nube, en conjunto con el cómputo en el borde (“edge computing”) conllevan un nivel de evolución que requiere más que sólo mayores velocidades móviles. El 5G trae nuevos parámetros no solamente de velocidad, pero también de escalabilidad, flexibilidad, densidad y baja latencia, que permitirá potenciar todas estas tecnologías, creando nuevos patrones de uso tanto para personas, como para industrias y ciudades inteligentes.
Mito 2: No es necesario invertir en redes 5G nuevas, sino simplemente extender las redes 4G existentes
Una de las grandes discusiones alrededor de 5G es cuál es la inversión requerida vs el retorno esperado. De allí surgen preguntas como si es realmente necesario crear redes 5G nuevas, o si se puede simplemente extender la infraestructura 4G existente para proveer 5G, o si sólo mejorar las redes 4G, sin invertir en 5G es más conveniente. La realidad es que la situación óptima es una combinación de las anteriores. Si bien se puede proveer 5G con infraestructura LTE (4G), las mayores promesas de 5G requieren inversión nueva. No obstante, con los dispositivos compatibles con 5G pudiendo hacer también uso de redes 4G, se puede optimizar la inversión destinando las redes 5G nuevas y más potentes a las áreas donde los dispositivos de usos más críticos se encuentren, dejando otros sitios iluminados con redes 5G de menor especificación y/o 4G.
Por otro lado, no olvidemos que invertir en sitios o actualizaciones a 5G servirá también para descargar los sitios 4G existentes, incluso pudiendo compartir espectro entre ambas generaciones, resultando en un mejor nivel de servicio general.
Esta idea de coexistencia extendida entre dos generaciones es algo nuevo. Ya no se habla de invertir sólo en la tecnología más nueva, sino de encontrar una ecuación óptima de inversión entre ambas generaciones para lograr el nivel de servicio deseado.
Mito 3: No hay caso de negocio para 5G
Naturalmente asociamos 5G a tecnologías como Inteligencia Artificial, realidad virtual/aumentada, telemedicina, vehículos autónomos, entre otros. También es una realidad que, si bien hay demostraciones de estas tecnologías, ambientes de prueba, etc, no existe un nivel de despliegues que permita dibujar un caso de negocio claro, al menos basado en la proyección de un consumo actual.
Esto lleva a concluir en muchas situaciones que no existen casos de negocio para 5G, punto que también es discutible. Los casos de negocio para las tecnologías anteriores sin duda van a existir, y cuando comiencen a aparecer crecerán de manera exponencial, como sucede con muchas nuevas tecnologías. Existen mientras tanto usos que sí son realizables, y que pueden plantear rentabilidad el día de hoy: 5G permite dar mejor cobertura en ambientes densos, como eventos masivos. Los espectadores en eventos musicales o deportivos suelen digitalizar cada vez más su experiencia, transmitiendo y consumiendo audio, video a través de las redes móviles. La mejora en la experiencia de usuario que trae 5G para estos casos es sin duda una ventaja competitiva realizable hoy. Por otro lado, 5G le da a un operador móvil la posibilidad de competir en el mercado del acceso fijo mediante el acceso fijo inalámbrico, o FWA (Fixed Wireless Access). Esto ya es una realidad en distintos países del mundo donde ya hay desplegadas redes 5G, y permite dar internet a un hogar mediante un modem 5G, gracias a los anchos de banda y latencias de esta tecnología, comparables con los de tecnologías como el cable o la fibra.
Mito 4: El 5G aumentará los riesgos de seguridad
La industria está en un proceso de mejora continua en la gestión de riesgos. El volumen de datos exponencialmente creciente que se procesan y transmiten fuerza al ecosistema a crear los mecanismos operativos suficientes para que no exista riesgo alguno. Actualmente, existe encriptación en las capas de software, hardware, y red.
Los despliegues de 5G tienen un grado de virtualización cada vez más elevado, desde el núcleo de la red, hasta el borde, por lo que es esencial que los servidores que soportan estos despliegues sean seguros. Intel tiene una posición de liderazgo en seguridad, con tecnologías de encriptación como Intel Software Guard Extensions (Intel SGX) que van desde el Hardware hasta el Software, haciendo más seguras todas las transacciones.
Columna redactada por Juan Casal, director de desarrollo de negocios en telecomunicaciones para América hispánica de Intel. Conoce más artículos de opinión en Zoom Tecnológico.