Antes de comenzar la pandemia, el mundo laboral y las oficinas eran muy distintas a lo que hoy se conoce. Con el COVID-19 se cerraron las puertas de casi todo y los trabajadores que acostumbraban a ir a una oficina se tuvieron que armar su propio espacio en casa.
Este fenómeno cambió los esquemas de trabajo y, con el paulatino regreso a la presencialidad, surgió como herencia una nueva modalidad: el trabajo híbrido, donde la tecnología es fundamental para que todos se puedan mantener comunicados y con un ritmo de trabajo estable, independiente de dónde se encuentre la persona.
Algunos de los básicos en este retorno son los “espacios cómodos que permitan el distanciamiento social, con buena ventilación o filtros y salas de reuniones” comenta Nathalie Massis, Gerente de Marketing y Comunicaciones de Orión. Aun así, existen otros puntos que antes no se consideraban, como las comodidades alimentarias, muebles y tecnología.
Así, la definición de la “oficina ideal” ya no es lo que era a principios del 2020, donde se estima que un 95% de las personas asistía a estas en un horario definido. Ahora existen comodidades consideradas como básicas en ella para que el regreso de los colaboradores no solo sea beneficiosa y cómoda, sino que también no se pierdan las oportunidades que la tecnología nos dejó en pandemia.
¿Qué debe haber en la oficina ideal?
Previo a las cuarentenas, el 97% de las reuniones que se llevaban a cabo dentro de la oficina tenían a todos sus asistentes participando de forma presencial, mientras que este año las juntas que se realizan tienen al 97% de los presentes, participando desde una plataforma tecnológica. “Ahora se deben tener espacios más abiertos, además de disponer de herramientas ad hoc para la buena realización de reuniones híbridas” agregó Nathalie Massis. Dentro de estas herramientas, están las diferentes nubes digitales que dejan hacer trabajos colaborativos desde cualquier lugar, permitiendo estar conectados.
Los sistemas de audio y videoconferencia en las salas de reunión, además de una buena conexión a wifi y las suites de colaboración básicas, que ya deberían haber sido implementadas durante la pandemia, deben ser pilares de los establecimientos, ya que estas son las que permitirán la conectividad apropiada.
También es importante mantener las comunicaciones entre los trabajadores, ya que antes había mucha conversación “de pasillo” y hoy los que están 100% remoto pierden esa información. “Hay que comunicar de manera digital y redundante, ocupar varios medios como email, chat, etc. Seguir generando instancias de empresa, ya sea de manera presencial o remota, por ejemplo, enviar de vez en cuando algo al empleado a su casa, un kit de home office, regalo de cumpleaños, etc.”, explicó la experta de Orión.
Finalmente, se deben adaptar a las comodidades que se podían tener en casa, las comidas, el café o té, una buena silla, espacios iluminados y tranquilos. También se debe tener en cuenta los tiempos de traslado y lo estresante que se puede convertir en las mañanas esta rutina. Estos beneficios logran hacer que el paso por la oficina sea más agradable y las personas no sufran con el cambio drástico de volver a la presencialidad.