Bacterias ambientales: La clave para una biorremediación más eficiente
Científicos descubren cómo bacterias ambientales, como Paraburkholderia xenovorans, logran descomponer contaminantes tóxicos incluso en condiciones extremas.

Un estudio pionero desarrollado por investigadores de la Universidad Técnico Federico Santa María (USM) y la Universidad de Santiago de Chile (USACH) ha revelado cómo ciertas bacterias ambientales del suelo, en particular Paraburkholderia xenovorans, pueden adaptarse para descontaminar ambientes afectados por sustancias tóxicas, incluso en condiciones adversas.
Este avance, enmarcado en el Núcleo Milenio de Bioproductos, Genómica y Microbiología Ambiental (BioGEM), promete revolucionar las técnicas de biorremediación, ofreciendo una solución sostenible para la recuperación de suelos y aguas contaminados.
Bacterias ambientales y microorganismos bajo presión
Las bacterias ambientales estudiadas, comúnmente halladas en suelos y raíces de plantas, poseen una capacidad única: descomponer compuestos altamente tóxicos, como hidrocarburos aromáticos y bifenilos policlorados (PCBs). Sin embargo, este proceso no está exento de desafíos.
La Dra. Valentina Méndez, investigadora de BioGEM y autora principal del estudio, explica que estos microorganismos enfrentan un doble estrés: por un lado, la toxicidad de los contaminantes que degradan, y por otro, factores ambientales como la salinidad del suelo y la falta de nutrientes.
“Comprender cómo estas bacterias ambientales mantienen su funcionalidad en condiciones extremas es fundamental para optimizar su uso en biorremediación”, señala Méndez.
La Paraburkholderia xenovorans destaca por su genoma excepcionalmente grande y su resistencia, lo que le permite degradar múltiples contaminantes simultáneamente, una cualidad que la convierte en un modelo clave para investigaciones desde hace décadas.
Bacterias ambientales y un enfoque integrador
El estudio, publicado en la prestigiosa revista FEMS Microbiology Reviews, combina décadas de investigación con nuevos hallazgos sobre la adaptación bacteriana. El Dr. Michael Seeger, director de BioGEM y académico de la USM, destaca que este trabajo sintetiza más de 30 años de estudios en el campo: “Abordamos cómo estas bacterias no solo degradan compuestos tóxicos, sino también cómo superan el estrés asociado a este proceso y a condiciones ambientales hostiles”.
Seeger enfatiza la relevancia de estos hallazgos para regiones como Valparaíso, donde existen numerosos sitios contaminados con hidrocarburos, PCBs y pesticidas.
“La solución está en usar bacterias nativas, adaptadas a las condiciones locales, capaces de resistir altas salinidades y escasez de nutrientes”, afirma. Además, resalta la colaboración internacional con instituciones de Alemania, Italia, España y América, entre otros.
Hacia una biorremediación más eficaz
El estudio evolucionó desde analizar únicamente el estrés por contaminantes a incorporar factores abióticos, como la salinidad y la disponibilidad de nutrientes. Según Méndez, esta ampliación enriqueció la investigación y permitió diseñar estrategias más robustas.
“El futuro está en usar microorganismos con respuestas celulares fortalecidas para mejorar la eficiencia de la limpieza ambiental”, asegura.
Este avance no solo profundiza en la biología de las bacterias degradadoras, sino que también sienta las bases para desarrollar cepas modificadas o seleccionadas que aceleren la recuperación de ecosistemas contaminados. Con ello, la biorremediación se consolida como una herramienta esencial en la lucha contra la contaminación, combinando ciencia de vanguardia con sostenibilidad ambiental.
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