En pleno centro de Santiago se emplazó hace sólo unas semanas el Restobar Lado Oscuro, un espacio gastronómico que será el centro de reunión habitual para los más acérrimos seguidores de Star Wars y, de paso, la oportunidad para enfrentarse a la decisión de convertirse en un jedi, o en un Lord Sith, tras sólo avistar y tentarse con el menú de la Guerra de las Galaxias.
El restobar Lado Oscuro, ubicado en Príncipe de Gales 73 (a pasos del metro Moneda) es una idea que surgió del ingeniero comercial Javier Marambio, quien en sus años de juventud ya soñaba con un espacio en el cual acoger tanto a rebeldes, como a miembros del imperio galáctico.
“Siempre tuve el sueño de abrir un bar. De hecho, realicé mi tesis sobre los factores de éxito de los restaurantes en la Quinta Región”, señaló este joven emprendedor, quien junto a su pareja, la docente de matemáticas Isadora Melo, han sacrificado parte de sus respectivos trabajos para dedicarse a levantar este templo dedicado a exhibir manjares de toda la galaxia.
Restobar Lado Oscuro: Una propuesta para acercarse a las historias de Star Wars
Es así como se puede apreciar a R2D2 en una de sus paredes, espadas láser en exhibición, y hasta el mismísimo Yoda, en uno de sus rincones.
Y la carta, obviamente, da cuenta del dedicado trabajo realizado tanto por los creadores de este concepto, como de los chefs que se fueron sumando a la iniciativa .
En ese contexto, “destacamos nuestras hamburguesas que son caseras y, además, tenemos opciones para carnívoros y vegetarianos, como la Sith Burger y la Jedi Burger, respectivamente”, afirmó Javier.
No obstante, su “caballito de batalla”, son los tragos temáticos de invención propia en Lado Oscuro, como el Boba Drink, Jar Jar Drink y la famosa leche de Bantha, que realmente parece importada del planeta de origen de Luke Skywalker, Tatooine.
“A la gente, en general, le ha encantado el concepto de un bar dedicado a la guerra de las galaxias. Además que el restaurante es por las tardes un lugar familiar donde los padres fanáticos pueden traer a sus hijos para que disfruten de la ambientación y, por supuesto, la carta”, concluyó Javier.